El compromiso y pasión por nuestro trabajo hace que huyamos de la odontología low cost y exprés, hacerlo así conllevaría inevitablemente un deterioro en la calidad del tratamiento y un fracaso a largo plazo, algo que no estamos dispuestos a asumir y que no querríamos para nosotros mismos.
Desde el comienzo de nuestra andadura profesional hemos tratado de obtener los mejores resultados teniendo en cuenta las condiciones concretas de cada caso particular.
Es por ello que la primera visita es de vital importancia: dedicamos todo el tiempo necesario para conocer las circunstancias del paciente. Dependiendo de la complejidad del caso, recurrimos a pruebas complementarias como fotografías, toma de modelos, radiografías… Y cuando toda la información esencial se ha reunido, se realiza un estudio detallado e individualizado que nos permite dar diferentes alternativas a las demandas del paciente.
Todo esto no significa que nuestros tratamientos sean caros, ya que tratamos de ajustar al máximo nuestras tarifas. Si un presupuesto resulta alto para las previsiones de un paciente se buscará la forma de fraccionarlo de modo que hagamos asequible el tratamiento con las condiciones de garantía que siempre queremos con nuestro trabajo.