Se trata de finas láminas de porcelana de alta estética, confeccionadas a medida, que se adhieren sobre un diente ligeramente preparado. Sirven para cambiar el tamaño, la forma y la tonalidad de los dientes.

Están firmemente adheridas al esmalte, virtualmente fusionadas con él, por lo que se puede llevar una vida totalmente normal con ellas.

Se han convertido en el tratamiento estético por excelencia, si bien las coronas de porcelana pura ofrecen una calidad estética semejante.

¿Cuándo se usan las carillas de porcelana?

Se emplean en aquellos casos en los que queremos cambiar la forma, el color o el tamaño de los dientes, en casos que presentan muchas restauraciones antiguas (empastes) y se aprecian tonalidades irregulares, dientes oscurecidos o desiguales, etc. La ventaja sobre las coronas de porcelana es que hay que reducir muy poco el diente que las recibe, se trata de tratamientos de mínima intervención y muy conservadores, cuentan con una gran variedad de ventajas y beneficios. El primero de todos es el hecho de que logran mejoras en muy poco tiempo. Permiten hacer un diseño totalmente personalizado de la sonrisa.

Las carillas dentales mantienen el color y el brillo mucho tiempo y su unión al esmalte es muy fuerte, resistiendo al ataque diario de la alimentación, cepillado, fluidos orales, café, té y bebidas de todo tipo.