La endodoncia es una especialidad de la odontología que trata las enfermedades y patología que sucede en el interior del diente (la pulpa o «nervio»). El término correcto es «Tratamiento de conductos» o «pulpectomía», pero de forma coloquial nos referiremos, en adelante, como «endodoncia» al tratamiento en sí.
¿Para qué sirve una endodoncia?
Sirve para mantener un diente que tiene enferma su pulpa. La única alternativa a la endodoncia en estos casos es la extracción del diente.
Si le han dicho que se tiene que hacer una endodoncia tiene que saber que no es un caso aislado. Millones de dientes son tratados y salvados todos los años con un tratamiento de endodoncia. La endodoncia es un procedimiento que trata el interior del diente – la pulpa o «nervio» – y permite mantener su diente natural, el hueso y la encía que lo rodea, así como su funcionalidad.
¿Cuándo se hace una endodoncia?
Es preciso realizar un tratamiento de endodoncia cuando la pulpa del diente está afectada de forma irreversible, la mayor parte de las veces por una caries que ha avanzado mucho y llega hasta el nervio. En muchos casos esta lesión se manifiesta con dolor pero otras veces puede pasar desapercibida.
Si no se hace el tratamiento cuando está indicado, la pulpa dental lesionada se contamina, tarde o temprano, con el contenido bacteriano de la boca y puede producir infecciones agudas o crónicas.
¿En qué consiste una endodoncia?
Dicho de forma sencilla, el tratamiento consiste en la eliminación del contenido del diente, la regularización de las paredes de los conductos por donde discurre la pulpa, la desinfección del interior del diente y el relleno con un material biocompatible que asegure un sellado lo más hermético posible que prevenga una nueva contaminación por bacterias.
El tratamiento se lleva a cabo con anestesia local y, por tanto, no debe producir ningún dolor. Habitualmente se hace en una sesión pero, en ocasiones, pueden ser necesarias dos o tres.